Irlanda era un ejemplo de los beneficios del liberalismo económico: libertad total para el capital y baja fiscalidad. Ahora contemplamos como sobre los ciudadanos irlandeses cae la rotunda losa del rescate de la UE y el FMI: son ellos los que tendrán que pagar por la irresponsabilidad de su clase política y la fe ciega en el mercado como fuente de progreso económico y social. De acuerdo: al fin y al cabo, los políticos son el reflejo de la sociedad, y una sociedad narcotizada desarrolla una clase política idiotizada. No tenemos que irnos muy lejos para comprobarlo. Y mientras todo va bien, ¿para qué preocuparse? Que se inflen las burbujas.
Y ya se sabe lo que pasa con las burbujas. El método de rescate con Irlanda es similar al griego: la UE y el FMI ponen el dinero para rescatar la economía irlandesa y ésta tiene que devolverlo con intereses. Esto es, la UE pone dinero en Irlanda (y antes en Grecia) para rescatar su economía ¿de quién? de los mercados (¿quiénes son los mercados? Según Joaquín Estefanía, son esos entes abstractos y sin alma que mueven la economía del mundo y la arruinan en 24 horas, son jóvenes treintañeros con caras afeitadas, semianalfabetos culturales, camisas de dos colores y mocasines caros, enfebrecidos por la codicia de ganar mucho dinero en muy poco tiempo. Puede ser: él sabe más que yo de estas cosas. Si los directivos de las grandes empresas, de las grandes fortunas, los que se reúnen en selectísimos clubes también encajan en esa descripción, entonces estoy de acuerdo). No nos desviemos: la banca alemana, la banca francesa y la banca inglesa, después de fomentar las burbujas que provocaron el rescate y hundimiento de las economías griega e irlandesa con sus créditos a la banca griega e irlandesa, utiliza el dinero de la UE (público) para rescatar sus inversiones en Grecia e Irlanda y, además, con intereses. Es decir: la banca alemana sobre todo, pero también la francesa y la inglesa, actores principales de la crisis europea, van a ganar dinero rescatándose con dinero público a sí mismos, pues lo que el Banco Central Europeo, bajo presidencia germana, no desea, es que los irlandeses y los griegos, pero tampoco los portugueses y españoles, dejemos de pagarles. Que pagemos a sus bancos, se entiende. La gran banca alemana y francesa, y en menor medida la inglesa, está ganando dinero con nuestro sufrimiento.Viva el capital.
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